Técnicamente no deberíamos hablar de una reparación, pues lo adecuado es acudir al taller en estos casos de modo preventivo, por ejemplo cuando se detectan consumos elevados de combustible, aceite o adblue.
Se trata de una intervención sobre muchas de las piezas del motor, no todas, pues los inyectores por ejemplo no se cambian, a no ser que presenten alguna avería, así como el bloque motor. Eso sí, tan importante como la sustitución de las piezas nuevas es la comprobación de que las que se quedan están en perfecto estado de funcionamiento.
La intervención comienza por desmontar las culatas y la parte baja del motor, el carter, para sacar camisas y pistones. También, y esto es muy importante, se sustituyen los inyectores de aceite, encargados de lubricar y refrigerar los pistones, también nuevos, con segmentos incluidos, taqués de escape y muelles de válvulas de admisión en la culata, así como todos los retenes de válvulas y juegos de juntas completos. A continuación, se cambias casquillos de bancada, bielas y cánulas de inyección, y posteriormente se sustituyen los componentes de mantenimiento, aceite motor y filtros.
Podemos decir que excepto el bloque, la culata y las bielas, el motor de su DAF queda como nuevo. Si la programación entre el taller y cliente es la adecuada, el vehículo no estará paralizado más de 3 días.